Por el ojo de la cerradura....






A veces, miramos demasiado pero no vemos lo suficiente…
por eso juzgamos equivocadamente en bien o mal, por el inmenso caudal que nos brinda lo que percibimos en general de los demás.
A veces, es bueno mirar como lo haríamos por una cerradura, cegar el ojo al entorno, y así poder ver con claridad el contorno del otro.
Espiar un poco en lo pequeño, el detalle, la palabra, la actitud, el gesto….
Ya que “mirando a través de lo pequeño puede uno hacerse una idea del todo”.

“Viendo lo poco, también uno puede construir lo mucho”.

Alicia Diaz Caramés

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